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lunes, 9 de noviembre de 2020

Martes 15 diciembre 2020, Martes de la III semana de Adviento, feria.

TEXTOS MISA

Martes de la III semana de Adviento


Antífona de entrada Cfr Za 14, 5.7
Vendrá el Señor y con él todos sus santos; y aquel día habrá una luz espléndida.
Ecce Dóminus véniet, et omnes sancti eius cum eo; et erit in die illa lux magna.

Oración colecta
Oh, Dios, que por medio de tu Unigénito has hecho de nosotros criaturas nuevas, mira con amor esta obra de tu misericordia y, por la venida de tu Hijo, límpianos de todas las manchas de nuestra antigua vida de pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui novam creatúram per Unigénitum tuum nos esse fecísti, in ópera misericórdiae tuae propítius intuére, et in advéntu Fílii tui ab ómnibus nos máculis vetustátis emúnda. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Martes de la III semana de Adviento, feria (Lec. II).

PRIMERA LECTURA Sof 3, 1-2. 9-13
La salvación mesiánica será enviada a todos los pobres

Lectura de la profecía de Sofonías.

Esto dice el Señor: «¡Ay de la ciudad rebelde, impura, tiránica!
No ha escuchado la llamada, no ha aceptado la lección, no ha confiado en el Señor, no ha recurrido a su Dios.
Entonces purificaré labios de los pueblos para que invoquen todos ellos el nombre del Señor y todos lo sirvan a una.
Desde las orillas de los ríos de Cus, mis adoradores los deportados, traerán mi ofrenda.
Aquel día, ya no te avergonzarás de las acciones con que me ofendiste, pues te arrancaré tu orgullosa arrogancia, y dejarás de engreírte en mi santa montaña.
Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor.
El resto de Israel no hará más el mal, ni mentirá, ni habrá engaño en su boca.
Pastarán y descansarán, y no habrá quien los inquiete».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 6-7. 17-18. 19 y 23 (R.: 7ab)
R.
El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.

V. Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.

V. Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.

V. El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.

V. El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.

Aleluya
R.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Ven, Señor, y no tardes, perdona los pecados de tu pueblo. R.
Veni, Dómine, et noli tardáre; reláxa facínora plebis tuæ.

EVANGELIO Mt 21, 28-32
Vino Juan, y los pecadores le creyeron
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. El le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue.
¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?».
Contestaron:
«El primero».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía en santa Marta 5-noviembre-2019
El Señor ama a los más despreciados, pero nos llama a todos. Pero ante nuestra cerrazón se aleja y se indigna como dice el Evangelio recién leído. Pensemos en esta parábola que nos da el Señor hoy. ¿Cómo va nuestra vida? ¿Qué prefiero yo? ¿Aceptar siempre la invitación del Señor o encerrarme en mis cosas, en mis pequeñeces? Pidamos al Señor la gracia de aceptar siempre acudir a su fiesta, que es gratuita.

Oración de los fieles
Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. Con esa confianza elevemos nuestra plegaria a Dios, nuestro Padre.
- Para que la Iglesia sea en todo momento el «pueblo humilde y pobre, que buscará refugio en el nombre del Señor». Oremos.
- Para que cuantos ejercen poder y autoridad sobre los demás busquen siempre el verdadero bien de todos. Oremos.
- Para que los afligidos de este mundo no queden defraudados en su esperanza. Oremos.
- Para que nosotros, que esperamos la nueva venida de Jesús, vivamos como criaturas nuevas, conforme a la voluntad del Padre. Oremos.
A ti, Señor, te invocamos, escúchanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Que los ruegos y ofrendas de nuestra pobreza te conmuevan, Señor, y al vernos desvalidos y sin méritos propios acude, compasivo, en nuestra ayuda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Placáre, Dómine, quaesumus, nostrae précibus humilitátis et hóstiis, et, ubi nulla súppetunt suffrágia meritórum, tuae nobis indulgéntiae succúrre praesídiis. Per Christum.

PREFACIO III DE ADVIENTO
CRISTO, SEÑOR Y JUEZ DE LA HISTORIA
En verdad es justo darte gracias, es nuestro deber cantar en tu honor himnos de bendicion y de alabanza, Padre todopoderoso, principio y fin de todo lo creado.
Tú nos has ocultado el día y la hora en que Cristo, tu Hijo, Señor y Juez de la historia, aparecerá, revestido de poder y de gloria, sobre las nubes del cielo.
En aquel día terrible y glorioso pasará la figura de este mundo y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.
El mismo Señor que se nos mostrará entonces lleno de gloria viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el amor demos testimonio de la espera dichosa de su reino.
Por eso, mientras aguardamos su última venida, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…


PLEGARIA EUCARÍSTICA III.

Antífona de la comunión 2 Tim 4, 8

El juez justo dará la corona de la justicia a los que aguarden con amor su venida.
Corónam iustítiae reddet iustus iudex iis qui díligunt advéntum eius.

Oración después de la comunión
Saciados con el alimento espiritual te pedimos, Señor, que, por la participación en este sacramento, nos enseñes a sopesar con sabiduría los bienes de la tierra y amar intensamente los del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Repléti cibo spiritális alimóniae, súpplices te, Dómine, deprecámur, ut, huius participatióne mystérii, dóceas nos terréna sapiénter perpéndere, et caeléstibus inhaerére. Per Christum.

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