DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
El 31 de Diciembre
114. De la piedad popular provienen algunos ejercicios de piedad característicos del 31 de Diciembre. Este día se celebra, en la mayor parte de los países de Occidente, el final del año civil. La ocasión invita a los fieles a reflexionar sobre el "misterio del tiempo", que corre veloz e inexorable. Esto suscita en su espíritu un doble sentimiento: arrepentimiento y pesar por las culpas cometidas y por las ocasiones de gracia perdidas durante el año que llega a su fin; agradecimiento por los beneficios recibidos de Dios.
Esta doble actitud ha dado origen, respectivamente, a dos ejercicios de piedad: la exposición prolongada del Santísimo Sacramento, que ofrece una ocasión a las comunidades religiosas y a los fieles, para un tiempo de oración, preferentemente en silencio; al canto del Te Deum, como expresión comunitaria de alabanza y agradecimiento por los beneficios obtenidos de Dios en el curso del año que está a punto de terminar.
En algunos lugares, sobre todo en comunidades monásticas y en asociaciones laicales marcadamente eucarísticas, la noche del 31 de Diciembre tiene lugar una vigilia de oración que se suele concluir con la celebración de la Eucaristía. Se debe alentar esta vigilia, y su celebración tiene que estar en armonía con los contenidos litúrgicos de la Octava de la Navidad, vivida no sólo como una reacción justificada ante la despreocupación y disipación con la que la sociedad vive el paso de una año a otro, sino como ofrenda vigilante al Señor, de las primicias del nuevo año.
CALENDARIO
31 VIERNES. Hasta la hora nona:
DÍA VII DENTRO DE LA OCTAVA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR o SAN SILVESTRE I, papa, conmemoración
Misa del día VII dentro de la Octava (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props. [para la conm. 1ª orac. prop. y el resto de la feria], Gl., Pf. Nav., embolismos props. de la Octava en las PP. EE. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. II.
- 1 Jn 2, 18-21. Estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis.
- Sal 95. R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
- Jn 1, 1-18. El Verbo se hizo carne.
* Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial y en el primer aniversario.
Liturgia de las Horas: oficio del día 31; se puede hacer la conmemoración. Te Deum.
Martirologio: elogs. del 1 de enero, pág. 87.
Misa vespertina de la solemnidad de santa María, Madre de Dios (blanco).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio de la solemnidad. Comp. Dom. I.
TEXTOS MISA
31 de diciembre
Día VII dentro de la Octava de la Natividad del Señor
Antífona de entrada Cf. Is 9, 6
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva a hombros el principado, y es su nombre: Ángel del gran consejo.
Puer natus est nobis, et fílius datus est nobis, cuius impérium super húmerum eius, et vocábitur nomen eius magni consílii Angelus.
Monición al Gloria
Se dice Gloria. Puede introducirse con la siguiente monición: Recitamos (cantamos) el himno de alabanza que prolonga el cántico de los ángeles en la noche de la Navidad del Señor.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que has establecido el principio y la perfección de toda religión en el nacimiento de tu Hijo, te suplicamos nos concedas estar unidos a aquel en quien se sustenta la plenitud de la salvación humana. Por nuestro Señor Jesucristo.
Omnípotens sempitérne Deus, qui in Fílii tui nativitáte tribuísti totíus religiónis inítium perfectionémque constáre, da nobis, quaesumus, in eius portióne censéri, in quo totíus salútis humánae summa consístit. Qui tecum.
En la conmemoración:
31 de diciembre
San Silvestre I, papa
Monición de entrada
Conmemoramos hoy a san Silvestre I, papa, que rigió la Iglesia durante muchos años, período en el cual el emperador Constantino construyó las grandes basílicas romanas, y en el Concilio de Nicea aclamó a Cristo como Hijo de Dios. Es el primer papa de la Iglesia reconocida públicamente por el imperio; el papa cuyo ministerio inauguró una nueva y prolongada era de la historia de la Iglesia. En este día su cuerpo fue enterrado en Roma, en el cementerio de Priscila, el año 335.
En la conmemoración, oración colecta propia y el resto del día de la Octava de Natividad del Señor.
Oración colecta
Socorre, Señor, a tu pueblo que se acoge a la intercesión del papa san Silvestre, para que, bajo tu pastoreo en el transcurso de la vida presente, merezca alcanzar felizmente la eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
Auxiliáre, Dómine, pópulo tuo, beáti Silvéstri papæ intercessióne suffúlto, ut, præséntem vitam sub tua gubernatióne transcúrrens, mereátur felíciter inveníre perpétuam.Per Dóminum.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del 31 de diciembre, Día VII dentro de la Octava de Navidad (Lec. II).
PRIMERA LECTURA 1 Jn 2, 18-21
Estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan
Hijos míos, es la última hora.
Habéis oído que iba a venir un anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es la última hora.
Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros.
En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis.
Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 95, 1-2. 11-12. 13 (R.: 11a)
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Læténtur cæli et exsúltet terra.
V. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Læténtur cæli et exsúltet terra.
V. Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles bosque.
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles bosque.
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Læténtur cæli et exsúltet terra.
V. Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Læténtur cæli et exsúltet terra.
Aleluya Jn 1, 14a. 12A
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros; a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios. R.
Verbum caro factum est, et habitávit in nobis. Quotquot recepérunt eum, dedit eis potestátem fílios Dei fíeri.
EVANGELIO Jn 1, 1-18
El Verbo se hizo carne
╬ Comienzo del santo Evangelio según san Juan.
R. Gloria a ti, Señor.
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.
Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
«Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Del Papa Benedicto XVI, La infancia de Jesús.
El origen de Jesús, su «de dónde», es el «principio» mismo, la causa primera de la que todo proviene; la «luz» que hace del mundo un cosmos. Él viene de Dios. Él es Dios. Este «principio» que ha venido a nosotros inaugura –precisamente en cuanto principio– un nuevo modo de ser hombres. «A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios» (Jn 1, 12 s).
Una parte de la tradición manuscrita no lee esta frase en plural, sino en singular: «El que no ha sido generado por la sangre.» De este modo, la frase sería una clara referencia a la concepción y el nacimiento virginal de Jesús. Quedaría así subrayado concretamente una vez más el provenir de Dios de Jesús, en el sentido de la tradición documentada por Mateo y Lucas. Pero ésta es sólo una interpretación secundaria; el texto auténtico del Evangelio habla aquí muy claramente de aquellos que creen en el nombre de Cristo, y que por ello reciben un nuevo origen. Por lo demás, aparece de manera innegable la conexión con la profesión del nacimiento de Jesús de la Virgen María: el que cree en Jesús entra por la fe en el origen personal y nuevo de Jesús, recibe este origen como el suyo propio. De por sí, todos estos creyentes han nacido ante todo «de la sangre y el amor humano». Pero la fe les da un nuevo nacimiento: entran en el origen de Jesucristo, que ahora se convierte en su propio origen. Por Cristo, mediante la fe en él, ahora han sido generados por Dios.
Oración de los fieles
Oración de los fieles
Llenos de gozo, oremos, hermanos, al Padre, que ha enviado su salvación a todos los hombres por medio de su Hijo.
- Por la Iglesia, para que en estas fiestas navideñas se renueve en su santidad. Roguemos al Señor.
- Por las autoridades y gobernantes, para que se empleen en favor de la justicia y la paz. Roguemos al Señor.
- Por todos los que sufren, para que alcancen la paz, el amor y el consuelo que Cristo vino a traernos. Roguemos al Señor.
- Por nuestros difuntos, para que participen de la riqueza de vida eterna que nos trajo aquel que se hizo pobre por nosotros. Roguemos al Señor.
- Por cuantos estamos aquí reunidos, para que acojamos a Cristo en nuestras vidas y sepamos comunicárselo a los demás. Roguemos al Señor.
- Por la Iglesia, para que en estas fiestas navideñas se renueve en su santidad. Roguemos al Señor.
- Por las autoridades y gobernantes, para que se empleen en favor de la justicia y la paz. Roguemos al Señor.
- Por todos los que sufren, para que alcancen la paz, el amor y el consuelo que Cristo vino a traernos. Roguemos al Señor.
- Por nuestros difuntos, para que participen de la riqueza de vida eterna que nos trajo aquel que se hizo pobre por nosotros. Roguemos al Señor.
- Por cuantos estamos aquí reunidos, para que acojamos a Cristo en nuestras vidas y sepamos comunicárselo a los demás. Roguemos al Señor.
Te damos gracias, Padre bueno, por el don de tu Hijo Unigénito. Escucha nuestras oraciones y ayúdanos a ser testigos y portadores de su presencia en el mundo. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
Oh, Dios, autor de la piedad sincera y de la paz, te pedimos que con esta ofrenda veneremos dignamente tu grandeza y nuestra unión se haga más fuerte por la participación en este sagrado misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Deus, auctor sincérae devotiónis et pacis, da, quaesumus, ut et maiestátem tuam conveniénter hoc múnere venerémur, et sacri participatióne mystérii fidéliter sénsibus uniámur. Per Christum.
PREFACIO III DE NAVIDAD
EL INTERCAMBIO REALIZADO EN LA ENCARNACIÓN DEL VERBO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Por él, hoy resplandece el maravilloso intercambio de nuestra redención: porque al asumir tu Verbo nuestra debilidad, no sólo asume dignidad eterna nuestra naturaleza humana, sino que esta unión admirable nos hace a nosotros eternos.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos proclamando llenos de alegría:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Per quem hódie commércium nostrae reparatiónis effúlsit, quia, dum nostra fragílitas a tuo Verbo suscípitur, humána mortálitas non solum in perpétuum transit honórem, sed nos quoque, mirándo consórtio, reddit aetérnos.
Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes:
Santo, Santo, Santo…
Se dice el recuerdo propio en la intercesión Atiende los deseos. Se dice: en tu presencia en el día santo.
Antífona de comunión 1 Jn 4, 9
Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él.
Misit Deus Fílium suum Unigénitum in mundum, ut vivámus per eum.
Oración después de la comunión
Que tu pueblo, Señor, dirigido por tu abundante ayuda, reciba los auxilios presentes y futuros de tu amor, para que, sostenido por el consuelo necesario de las cosas temporales, aspire con más confianza a los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Divérsis plebs tua, Dómine, gubernáta subsídiis, et praeséntia pietátis tuae remédia cápiat et futúra, ut, transeúntium rerum necessária consolatióne fovénte, fiduciálius ad aetérna conténdat. Per Christum.
MARTIROLOGIO
Elogios del día 1 de enero
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, en la octava de la Natividad del Señor y en el día de su Circuncisión. Los Padres del Concilio de Efeso la aclamaron como Theotokos, porque en ella la Palabra se hizo carne, y acampó entre los hombres el Hijo de Dios, príncipe de la paz, cuyo nombre está por encima de todo otro nombre.
2. En Cesarea de Capadocia, en la actual Turquía, muerte de san Basilio, obispo, cuya memoria se celebra mañana. (379)
3. En Italia, conmemoración de san Justino, que fue obispo ilustre por su celo y defensa de los cristianos. (s. IV)
4. En Roma, san Almaquio, que, habiéndose opuesto a las luchas de gladiadores, por orden de Alipio, prefecto de la ciudad, fue muerto por ellos y contado entre los mártires vencedores. (391)
5. En los montes del Jura, en la región de la Galia Lugdunense, actualmente Francia, conmemoración de san Eugendo, abad de Condat, que desde su adolescencia vivió en este monasterio, donde promovió la vida común de los monjes. (516)
6. En Ruspe, ciudad de Bizacena, hoy Túnez, san Fulgencio, obispo, quien, después de haber sido procurador de ese lugar, abrazó la vida monástica y fue constituido obispo. En la persecución desencadenada por los vándalos, sufrió mucho a causa de los arrianos y, exiliado a Cerdeña por el rey Trasamundo, pudo al fin regresar a Ruspe, donde dedicó el resto de su vida a alimentar a sus fieles con palabras de gracia y de verdad. (c. 632)
7*. En Vienne, en Borgoña, actualmente Francia, san Claro, abad del monasterio de San Marcelo, que dejó a sus monjes un ejemplo de perfección religiosa. (660/670)
8*. En Troyes, ciudad de Neustria, también hoy Francia, san Frodoberto, fundador y primer abad del monasterio de Celle. (c. 667)
9*. En el monasterio de Fécamp, en Normandía, igualmente en la actual Francia, muerte de san Guillermo, abad de San Benigno de Dijon, que al final de su vida dirigió con firmeza y prudencia a muchos monjes, distribuidos en cuarenta monasterios. (1031)
10. En Souvigny, ciudad de Borgoña, de nuevo en Francia, muerte de san Odilón, abad de Cluny, que fue severo consigo mismo, pero dulce y misericordioso con los demás. Estableció treguas entre quienes estaban en lucha, y en tiempo de hambre ayudó a los necesitados con todas sus fuerzas. Fue el primero en establecer en sus monasterios la Conmemoración de todos los fieles difuntos, fijándola para el día siguiente a la Solemnidad de todos los santos. (1049)
11. En Gablonné, en Bohemia, hoy Chequia, santa Zdislava, madre de familia, que prestó consuelo a los afligidos. (1252)
12*. En el lugar de Gualdo Cattaneo, en la región hoy italiana de Umbría, beato Hugolino, que vivió como anacoreta. (s. XIV)
13*. En Roma, san José María Tomasi, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos y cardenal, quien, deseando ardientemente la instauración del culto divino, se dedicó con tesón a la investigación y publicación de textos y documentos litúrgicos más antiguos, así como a la catequesis de niños. (1713)
14*. En Avrillé, en las cercanías de Angers, en Francia, beatos Juan y Renato Lego, presbíteros y mártires, que fueron degollados durante la Revolución Francesa por haberse negado a pronunciar el execrable juramento impuesto al clero. (1794)
15. En Roma, san Vicente María Strambi, obispo de Macerata y Tolentino, de la Congregación de la Pasión de Jesucristo, que gobernó santamente las diócesis que tenía encomendadas, y por su fidelidad hacia el Romano Pontífice fue desterrado. (1824)
16*. En la ciudad de Hasselt, cerca de Maastricht, en Bélgica, beato Valentín Paquay, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, quien se distinguió, por el admirable ejemplo de su caridad cristiana, en la predicación, en el ministerio de la reconciliación y en fomentar la devoción al Rosario, alcanzando, en su espíritu de humildad, una sublime santidad. (1905)
17*. En Lvov, ciudad de Ucrania, beato Segismundo Gorazdowski, presbítero, originario de Polonia, que se distinguió por su amor al prójimo, por ser precursor en el empeño de proteger la vida y por fundar el Instituto de Hermanas de San José, dedicado a la atención de los pobres y abandonados. (1920)
18*. En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, en Alemania, beato Mariano Konopinski, presbítero y mártir, el cual, polaco de origen, falleció en la paz de Cristo a causa de las atrocidades que le infligieron los médicos de aquel lugar. (1943)
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