Textos de Benedicto XVI
La oración del sacerdote y sus formas
Homilía Santa Misa con ordenaciones presbiterales, Basílica Vaticana, 3 de mayo de 2009
(...) Aquí quiero tocar un punto que me interesa de manera particular: la oración y su relación con el servicio. Hemos visto que ser ordenado sacerdote significa entrar de modo sacramental y existencial en la oración de Cristo por los «suyos». De ahí deriva para nosotros, los presbíteros, una vocación particular a la oración, en sentido fuertemente cristocéntrico: estamos llamados a «permanecer» en Cristo —como suele repetir el evangelista san Juan (cf. Jn 1, 35-39; 15, 4-10)—, y este permanecer en Cristo se realiza de modo especial en la oración. Nuestro ministerio está totalmente vinculado a este «permanecer» que equivale a orar, y de él deriva su eficacia.
Desde esta perspectiva debemos pensar en las diversas formas de oración de un sacerdote, ante todo en la santa misa diaria. La celebración eucarística es el acto de oración más grande y más elevado, y constituye el centro y la fuente de la que reciben su «savia» también las otras formas: la liturgia de las Horas, la adoración eucarística, la lectio divina, el santo rosario y la meditación. Todas estas formas de oración, que tienen su centro en la Eucaristía, hacen que en la jornada del sacerdote, y en toda su vida, se realicen las palabras de Jesús: «Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas» (Jn 10, 14-15).
En efecto, este «conocer» y «ser conocido» en Cristo, y mediante él en la santísima Trinidad, es la realidad más verdadera y más profunda de la oración. El sacerdote que ora mucho, y que ora bien, se va desprendiendo progresivamente de sí mismo y se une cada vez más a Jesús, buen Pastor y Servidor de los hermanos. Al igual que él, también el sacerdote «da su vida» por las ovejas que le han sido encomendadas. Nadie se la quita: él mismo la da, en unión con Cristo Señor, que tiene el poder de dar su vida y el poder de recuperarla no sólo para sí, sino también para sus amigos, unidos a él por el sacramento del Orden. Así, la misma vida de Cristo, Cordero y Pastor, se comunica a toda la grey mediante los ministros consagrados.
Textos para la pastoral litúrgica de la Misa y otras celebraciones litúrgicas, en España. Se proponen los textos en castellano (y el de la edición "typica" en latín) elegidos por el autor entre las variantes posibles de la Liturgia ordinaria de la Iglesia. En cada entrada de la misa diaria primero se recoge un texto sobre Liturgia, luego el Calendario Litúrgico de España. Después viene la Misa del día. Al final se describen los santos y beatos del día siguiente, según el Martirologio Romano.
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