Apéndice I
FÓRMULA DE RENUNCIA Y PROFESIÓN DE FE
78. Este formulario ha sido tomado del Ritual del Bautismo de niños.
El obispo:
¿Renunciáis al pecado
para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Los confirmandos:
Sí, renuncio.
El obispo:
¿Renunciáis a todas las seducciones del mal,
para que no domine en vosotros el pecado?
Los confirmandos:
Sí, renuncio.
El obispo:
¿Renunciáis a Satanás,
padre y príncipe del pecado?
Los confirmandos:
Sí, renuncio.
El obispo:
¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra?
Los confirmandos:
Sí, creo.
El obispo:
¿Creéis en Jesucristo,
su único Hijo, nuestro Señor,
que nació de Santa María Virgen,
murió, fue sepultado,
resucitó de entre los muertos,
y está sentado a la derecha del Padre?
Los confirmandos:
Sí, creo.
El obispo:
¿Creéis en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que hoy os será comunicado de un modo singular
por el sacramento de la confirmación,
como fue dado a los Apóstoles el día de Pentecostés?
Los confirmandos:
Sí, creo.
El obispo:
¿Creéis en la santa iglesia católica,
en la comunión de los Santos,
en el perdón de los pecados,
en la resurrección de la carne
y en la vida eterna?
Los confirmandos:
Sí, creo.
El obispo asiente a la profesión de fe diciendo:
Ésta es nuestra fe.
Ésta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos
de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Y los fieles, a su vez, asienten también diciendo:
Amén.
En lugar de la fórmula Esta es nuestra fe, se puede cantar un canto con el que los fieles proclamen su fe.
Apéndice II
ACLAMACIONES PARA EL TIEMPO DE CUARESMA
Los confirmandos:
Sí, renuncio.
El obispo:
¿Renunciáis a todas las seducciones del mal,
para que no domine en vosotros el pecado?
Los confirmandos:
Sí, renuncio.
El obispo:
¿Renunciáis a Satanás,
padre y príncipe del pecado?
Los confirmandos:
Sí, renuncio.
El obispo:
¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra?
Los confirmandos:
Sí, creo.
El obispo:
¿Creéis en Jesucristo,
su único Hijo, nuestro Señor,
que nació de Santa María Virgen,
murió, fue sepultado,
resucitó de entre los muertos,
y está sentado a la derecha del Padre?
Los confirmandos:
Sí, creo.
El obispo:
¿Creéis en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que hoy os será comunicado de un modo singular
por el sacramento de la confirmación,
como fue dado a los Apóstoles el día de Pentecostés?
Los confirmandos:
Sí, creo.
El obispo:
¿Creéis en la santa iglesia católica,
en la comunión de los Santos,
en el perdón de los pecados,
en la resurrección de la carne
y en la vida eterna?
Los confirmandos:
Sí, creo.
El obispo asiente a la profesión de fe diciendo:
Ésta es nuestra fe.
Ésta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos
de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Y los fieles, a su vez, asienten también diciendo:
Amén.
En lugar de la fórmula Esta es nuestra fe, se puede cantar un canto con el que los fieles proclamen su fe.
ACLAMACIONES PARA EL TIEMPO DE CUARESMA
En el tiempo de Cuaresma, puede emplearse algunas de estas aclamaciones, y se dice antes y después del versículo antes del Evangelio.
1. Gloria y alabanza a ti, Cristo.
2. Gloria a ti, Cristo, Sabiduría de Dios Padre.
3. Gloria a ti, Cristo, Palabra de Dios.
4. Gloria a ti, Señor, Hijo de Dios vivo.
5. Alabanza y honor a ti, Señor Jesús.
6. Alabanza a ti, Cristo, rey de la gloria eterna.
7. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor.
8. La salvación y la gloria y el poder son del Señor Jesucristo.
Apéndice III
ALOCUCIONES Y MONICIONES ADAPTADAS PARA LOS CASOS EN LOS QUE EL SACRAMENTO NO ES ADMINISTRADO POR EL OBISPO DIOCESANO
No se incluyen los textos para los casos en que la confirmación es administrada por un presbítero que tiene facultad de confirmar por norma del derecho pero no es obispo (cf. n. 7, a). En estas ocasiones basta sustituir en las moniciones la palabra obispo por pastor, o bien por el oficio específico: prelado, abad, vicario apostólico, prefecto apostólico, administrador apostólico, administrador diocesano.
(Cf. n. 22).
Hermanos:
Nos hemos reunido para celebrar la confirmación de algunos miembros de nuestra comunidad de bautizados. La confirmación es uno de los tres sacramentos de la iniciación cristiana. El obispo, como representante principal de Jesucristo en la diócesis, ante la imposibilidad de estar hoy presente entre nosotros, ha enviado a N., obispo de N., para presidir esta asamblea, en la cual el Espíritu Santo, que ya habita en el corazón de los bautizados, se les infundirá con mayor plenitud, a fin de hacerles madurar y crecer como cristianos. Renovemos nuestra fe en la presencia del Espíritu del Señor en medio de su asamblea, y dispongámonos a recibir, tanto los que se han de confirmar, como los que ya lo estamos, una nueva efusión de sus dones.
2. Cuando la confirmación es administrada por un presbítero:
1. Cuando la confirmación es administrada por un obispo distinto del diocesano:
Hermanos:
Nos hemos reunido para celebrar la confirmación de algunos miembros de nuestra comunidad de bautizados. La confirmación es uno de los tres sacramentos de la iniciación cristiana. El obispo, como representante principal de Jesucristo en la diócesis, ante la imposibilidad de estar hoy presente entre nosotros, ha enviado a N., obispo de N., para presidir esta asamblea, en la cual el Espíritu Santo, que ya habita en el corazón de los bautizados, se les infundirá con mayor plenitud, a fin de hacerles madurar y crecer como cristianos. Renovemos nuestra fe en la presencia del Espíritu del Señor en medio de su asamblea, y dispongámonos a recibir, tanto los que se han de confirmar, como los que ya lo estamos, una nueva efusión de sus dones.
2. Cuando la confirmación es administrada por un presbítero:
Nos hemos reunido para celebrar la confirmación de algunos miembros de nuestra comunidad de bautizados. La confirmación es uno de los tres sacramentos de la iniciación cristiana. El obispo, como representante principal de Jesucristo en la diócesis, ante la imposibilidad de estar hoy presente entre nosotros, ha delegado en el presbítero N. vicario general de la diócesis (o bien: vicario episcopal - o bien: arcipreste - o bien: nuestro párroco), para presidir esta asamblea, en la cual el Espíritu Santo, que ya habita en el corazón de los bautizados, se les infundirá con mayor plenitud, a fin de hacerles madurar y crecer como cristianos. Renovemos nuestra fe en la presencia del Espíritu del Señor en medio de su asamblea, y dispongámonos a recibir, tanto los que se han de confirmar, como los que ya lo estamos, una nueva efusión de sus dones.
(Cf. nn. 25 y 47).
1. Cuando la confirmación es administrada por un obispo distinto del diocesano:
Reverendísimo padre:
Estos niños (jóvenes) fueron bautizados un día, con la promesa de que serían educados en la fe, y de que un día recibirían por la confirmación la plenitud del Espíritu Santo. Como responsable de la acción catequética, tengo la satisfacción de manifestar ante la comunidad reunida, que han recibido la catequesis adecuada a su edad.
2. Cuando la confirmación es administrada por un presbítero:
Reverendo Padre:
Estos niños (jóvenes) fueron bautizados un día, con la promesa de que serían educados en la fe, y de que un día recibirían por la confirmación la plenitud del Espíritu Santo. Como responsable de la acción catequética, tengo la satisfacción de manifestar ante la comunidad reunida, que han recibido la catequesis adecuada a su edad.
Homilía
(Cf. nn. 26 y 48).
Cuando la confirmación es administrada por un obispo distinto del diocesano no hay variación en el modelo de homilía propuesto.
Cuando la confirmación es administrada por un presbítero se adapta el segundo párrafo de esta manera:
Los obispos, como sucesores de los apóstoles, han recibido también esta misión y así, ahora yo, que he recibido de nuestro obispo N. la delegación para presidir la celebración y administrar el sacramento, voy a realizar los gestos sacramentales polos que se comunica el Espíritu Santo a los que en el bautismo han renacido como hijos de Dios.
Fórmula conclusiva de la homilía
(Cf. nn. 27 y 49).
1. Cuando la confirmación es administrada por un obispo distinto del diocesano:
Y ahora, antes de recibir el don del Espíritu Santo, conviene que renovéis ante mí, pastor de la Iglesia, enviado por vuestro obispo para administrar este sacramento, y ante los fieles aquí reunidos, testigos de vuestro compromiso, la fe que vuestros padres y padrinos, en unión de toda la Iglesia, profesaron el día de vuestro bautismo.
2. Cuando la confirmación es administrada por un presbítero:
Y ahora, antes de recibir el don del Espíritu Santo, conviene que renovéis ante mí, vicario general de la diócesis (o bien: vicario episcopal - o bien: arcipreste - o bien: vuestro párroco), delegado por nuestro obispo para administrar este sacramento, y ante los fieles aquí reunidos, testigos de vuestro compromiso, la fe que vuestros padres y padrinos, en unión de toda la iglesia, profesaron el día de vuestro bautismo.
Monición a la imposición de manos
(Cf. nn. 29 y 51).
1. Cuando la confirmación es administrada por un obispo distinto del diocesano:
El día de Pentecostés, los apóstoles recibieron el Espíritu Santo que Cristo les había prometido. Ahora el obispo, que preside esta celebración, repitiendo el gesto que usaban los apóstoles para transmitir este don, va a imponer sus manos sobre los confirmandos, pidiendo que el Espíritu los llene de sus dones. Oremos en silencio al Señor.
2. Cuando la confirmación es administrada por un presbítero:
El día de Pentecostés, los apóstoles recibieron el Espíritu Santo que Cristo les había prometido. Ahora el presbítero, que preside esta celebración, repitiendo el gesto que usaban los apóstoles para transmitir este don, va a imponer sus manos sobre los confirmandos, pidiendo que el Espíritu los llene de sus dones. Oremos en silencio al Señor.
Monición a la crismación
(Cf. nn. 32 y 54).
1. Cuando la confirmación es administrada por un obispo distinto del diocesano:
Hemos llegado al momento culminante de la celebración. El obispo les impondrá la mano y los signará con la cruz gloriosa de Cristo para significar que son propiedad del Señor. Los ungirá con óleo perfumado. Ser crismado es lo mismo que ser Cristo, ser mesías, ser ungido. Y ser mesías y Cristo comporta la misma misión del Señor: dar testimonio de la verdad y ser, por el buen olor de las buenas obras, fermento de santidad en el mundo.
2. Cuando la confirmación es administrada por un presbítero:
Hemos llegado al momento culminante de la celebración. El presidente de la celebración les impondrá la mano y los signará con la cruz gloriosa de Cristo para significar que son propiedad del Señor. Los ungirá con óleo perfumado. Ser crismado es lo mismo que ser Cristo, ser mesías, ser ungido. Y ser mesías y Cristo comporta la misma misión del Señor: dar testimonio de la verdad y ser, por el buen olor de las buenas obras, fermento de santidad en el mundo.
Bendición final
(Cf. nn. 43 y 60).
Cuando la confirmación es administrada por un obispo distinto del diocesano no hay variación en la bendición final.
Cuando la confirmación es administrada por un presbítero el final de la bendición solemne es como sigue:
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo +, y Espíritu Santo.
R. Amén.
Para la bendición después de la oración sobre el pueblo (nn. 44 y 61):
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo +, y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R. Amén.
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