Elogio del martirologio
En Madrid, capital de España, san Alonso de Orozco, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que, encargado de la predicación en el palacio del rey, se mostró austero y humilde. (1591)
19 de septiembre San Alonso de Orozco, presbítero Memoria |
COMMUNE PASTORUM Pro uno pastore 2. |
Antífona de entrada Cf Lc 4, 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para vendar los corazones desgarrados. |
Antiphona ad introitum Cf. Lc 4, 18 Spíritus Dómini super me: propter quod unxit me, evangelizáre paupéribus misit me, sanáre contrítos corde |
Oración colecta Señor Dios, que concediste al presbítero san Alonso, ser un sabio ministro de tu Evangelio; concédenos, por su intercesión, que sepamos comunicar con alegría a los hermanos lo que hemos experimentado de tu bondad y gracia. Por nuestro Señor Jesucristo. |
Collecta Deus, fidélium lumen et pastor animárum, qui beátum N.in Ecclésia posuísti, ut oves tuas verbo pásceret et informáret exémplo, da nobis, eius intercessióne, et fidem serváre, quam verbo dócuit, et viam sequi, quam exémplo monstrávit. Per Dóminum. |
Oración sobre las ofrendas Deseando ardientemente seguir a tu Hijo, que trabajó incansablemente por nuestra salvación, te ofrecemos, Señor, cuanto somos y tenemos, para que unidos al sacrificio de Cristo, experimentemos en nosotros la fuerza de tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. |
Super oblata Maiestátem tuam supplíciter implorámus, omnípotens Deus, ut, sicut glóriam divínae poténtiae múnera pro beáto N. obláta testántur, sic nobis efféctum tuae salvatiónis impéndant. Per Christum. |
PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES La presencia de los santos Pastores en la Iglesia En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque nos concedes la alegría de celebrar hoy la fiesta de san N., fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión. Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo... |
PRAEFATIO DE SANCTIS PASTORIBUS De praesentia sanctorum Pastorum in Ecclesia Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum. Quia sic tríbuis Ecclésiam tuam sancti N. festivitáte gaudére, ut eam exémplo piae conversatiónis corróbores, verbo praedicatiónis erúdias, gratáque tibi supplicatióne tueáris. Et ídeo, cum Angelórum atque Sanctórum turba, hymnum laudis tibi cánimus, sine fine dicéntes: Sanctus, Sanctus, Sanctus... |
PLEGARIA EUCARÍSTICA III. | PREX EUCHARISTICA III. |
Antífona de la comunión Cf Mt 24, 46-47 Dichoso el criado a quien el Señor, al llegar, lo encuentre velando; os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. |
Antiphona ad communionem Cf. Mt 24, 46-47 Beátus servus, quem, cum vénerit Dóminus, invénerit vigilántem; amen dico vobis, super ómnia bona sua constítuet eum |
Oración después de la comunión Señor, que nos has alimentado con el Pan celestial, concédenos que, a imitación de san Alonso, seamos siempre mensajeros de paz y de unidad fraterna. Por Jesucristo nuestro Señor. |
Post communionem Sumpta mystéria, quaesumus, Dómine, aetérnis nos praeparent gáudiis, quae beátus N. fidéli dispensatióne proméruit. Per Christum. |
MARTIROLOGIO
Elogios del día 20 de septiembre
Memoria de los santos Andrés Kim Tae-gön, presbítero, Pablo Chöng Ha-sang y compañeros (Estos son sus nombres: santos Simeón Berneux, Antonio Daveluy, Lorenzo Imbert, obispos; Justo Ranfer de Bretenières, Ludovico Beaulieu, Pedro Enrique Dorie, Padro Maubant, Jacobo Chastan, Pedro Aumaître, Martín Lucas Huin, presbíteros; Juan Yi Yunil, Andrés Chong Hwa-gyong, Esteban Min Kuk-ka, Pablo Ho Hyob, Agustín Pak Chong-won, Pedro Hong Pyong-ju, Pablo Hong Yong-ju, José Chang Chu-gi, Tomás Son Cha-son, Lucas Hwang Sok-tu, Damián Nam Myong-hyog, Francisco Ch’oe Kyong-hwan, Carlos Hyon Song-mun, Lorenzo Han I-hyong, Pedro Nam Kyong-mun, Agustín Yu Chin-gil, Pedro Yi Ho-yong, Pedro Son Son-ji, Benedicta Hyon Kyong-nyon, Pedro Ch’oe Ch’ang-hub, catequistas; Agueda Yi, María Yi In-dog, Bárbara Yi, María Won Kwi-im, Teresa Kim Im-i, Columba Kim Hyo-im, Magdalena Cho, Isabel Chong Chong-hye, vírgenes; Teresa Kim, Bárbara Kim, Susana U Sur-im, Agueda Yi Kan-nan, Magdalena Pak Pong-son, Perpetua Hong Kum-ju, Catalina Yi, Cecilia Yu Sosa, Bárbara Cho Chung-i, Magdalena Han Yong-i, viudas; Magdalena Son So-byog, Agueda Yi Kyong-i, Agueda Kwon Chin-i, Juan Yi Mun-u, Bárbara Ch’oe Yong-i, Pedro Yu Chong-nyul, Juan Bautista Nam Chong-sam, Juan Bautista Chon Chang-un, Pedro Ch’oe Hyong, Marcos Chong Ui-bae, Alejo U Se-yong, Antonio Kim Song-u, Protasio Chong Kuk-bo, Agustín Yi Kwang-hon, Agueda Kim A-gi, Magdalena Kim O-bi, Bárbara Han Agi, Ana Pak Ag-i, Agueda Yi So-sa, Lucía Pak Hui-sun, Pedro Kwon Tu-gin, José Chang Song-jib, Magdalena Yi Yong-hui, Teresa Yi Mae-im, Marta Kim Song-im, Lucía Kim, Rosa Kim, Ana Kim Chang-gum, Juan Bautista Yi Kwang-nyol, Juan Pak Hu-jae, María Pak Kun-a-gi Hui-sun, Bárbara Kwon-hui, Bárbara Yi Chong-hui, María Yi Yon-hui, Inés Kim Hyo-ju, Catalina Chong Ch’or-yom, José Im Ch’i-baeg, Sebastián Nam I-gwan, Ignacio Kim Che-jun, Carlos Cho Shin-ch’ol, Julita Kim, Águeda Chong Kyong-hyob, Magdalena Ho Kye-im, Lucía Kim, Pedro Yu Taech’ol, Pedro Cho Hwa-so, Pedro Yi Myong-so, Bartolomé Chong Mun-ho, José Pedro Han Chae-kwon, Pedro Chong Won-ji, José Cho Yun-ho, Bárbara Ko Sun-i y Magdalena Yi Yong-dog), mártires en Corea. Se veneran este día en común celebración todos los ciento tres mártires que en aquel país testificaron intrépidamente la fe cristiana, introducida fervientemente por algunos laicos y después alimentada y reafirmada por la predicación y celebración de los sacramentos por medio de los misioneros. Todos estos atletas de Cristo —tres obispos, ocho presbíteros, y los restantes laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y niños—, unidos en el suplicio, consagraron con su sangre preciosa las primicias de la Iglesia en Corea (1839-1867).
2. En Sínada, de Frigia, san Dorimedonte, mártir (s. III).
3. En Roma, conmemoración de san Eustaquio, mártir, cuyo nombre se venera en una antigua iglesia diaconal de la Urbe (s. inc.).
4. En Constantinopla, santos mártires Hipacio y Asiano, obispos, y Andrés, presbítero, que por venerar las sagradas imágenes, después de crueles y graves tormentos fueron entregados, como alimento, a los perros, bajo el mandato de León Isáurico (c. 740).
5*. En la localidad de Arco, en la región de Trento, en Italia, beato Adelpreto, obispo, valeroso tutor de pobres y defensor de la libertad de la Iglesia, que, acechado por los enemigos, murió cruelmente herido (1172).
6*. En Londres, en Inglaterra, beato Tomás Johnson, presbítero de la Cartuja de esta ciudad y mártir, que, reinando Enrique VIII, por su fidelidad a la Iglesia fue encarcelado en la prisión de New Gate, muriendo de hambre y enfermedad en noveno lugar entre el número de sus hermanos religiosos (1537).
7*. En Córdoba, en España, beato Francisco de Posadas, presbítero de la Orden de Predicadores, que durante cuarenta años predicó a Cristo en su región, sobresaliendo por su humildad y caridad (1713).
8. En la ciudadela de Són-Tây, en Tonquín, de Indochina, pasión de san Juan Carlos Cornay, presbítero de la Sociedad Parisiense de Misiones para Extranjeros y mártir, que a causa de su confesión cristiana, después de sufrir crueles suplicios murió seccionado y degollado, por orden del emperador Minh Mang (1837).
9. En Seúl, de Corea, santos Lorenzo Han I-hyong, catequista, más seis compañeros (Sus nombres: santos Pedro Nam Kyong-mun, catequista; Teresa Kim Im-i, virgen; Susana U Sur-im y Agueda Yi Kan-nan, viudas; Catalina Chong Ch‘or-yom y José Im Ch’i-baeg, bautizado en la cárcel) mártires, que sufrieron el suplicio por Cristo, ahorcados en diversas cárceles. Su memoria se celebra hoy juntamente con los demás mártires de estas regiones.
10. En el lugar llamado Plebe, en México, beato José María de Yermo y Parres, presbítero, fundador de la Congregación de Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, con el fin de ayudar a los abandonados con necesidades espirituales y corporales (1904).
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