Entrada destacada

Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

jueves, 11 de febrero de 2016

Confirmación: Lecturas del Nuevo Testamento.

Ritual de la Confirmación (ed. CEE 2022)

Capítulo V

TEXTOS PARA SER UTILIZADOS EN LA CELEBRACIÓN DE LA CONFIRMACIÓN

IV. LECTURAS BÍBLICAS
(Cfr. Leccionario V)

74. LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTO

SIEMPRE EN TIEMPO PASCUAL
TAMBIÉN PUEDE USARSE FUERA DEL TIEMPO PASCUAL

I  Hch 1, 3-8
Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

Jesús se presentó a sus apóstoles después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios.
Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días».
Los que se hablan reunido, le preguntaron, diciendo:
«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?».
Les dijo:
«No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad, en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra».

Palabra de Dios.

II  Hch 2, 1-6. 14. 22b-23. 32-33
Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

AL cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose
encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
Entonces Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró ante ellos:
«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres
inicuos.
A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».

Palabra de Dios.

III  Hch 8, 1. 4. 14-17
Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

AQUEL día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaría.
Los que habían sido dispersados iban de un lugar a otro anunciando la Buena Nueva de la Palabra.
Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaría había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues aún no había bajado sobre ninguno; estaban solo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.

Palabra de Dios.

IV Hch 10, 1. 33-34a. 37-44
Bajó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban la palabra
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

EN aquellos días, había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte llamada Itálica, que dijo a Pedro:
«Envié a por ti, y tú has hecho bien en venir. Ahora, aquí nos tienes a todos delante de Dios, para escuchar lo que el Señor te haya encargado decirnos».
Pedro tomó la palabra y dijo:
«Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Gallea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».
Todavía estaba exponiendo Pedro estos hechos, cuando bajó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban la palabra.

Palabra de Dios.

V  Hch 19, 1b-6a
¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, Pablo llegó a Éfeso.
Allí encontró unos discípulos y les preguntó:
«¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?».
Contestaron:
«Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo».
El les dijo:
«Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?».
Respondieron:
«El bautismo de Juan».
Pablo les dijo:
«Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que iba a venir después de él, es decir, en Jesús».
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo.

Palabra de Dios.

VI  Rom 5, 1-2. 5-8
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

Hermanos:
Habiendo sido justificados en virtud de la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por el cual hemos obtenido además por la fe el acceso a esta gracia, en la cual nos encontramos; y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado.
En efecto, cuando nosotros estábamos aún sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; ciertamente, apenas habrá quien muera por un justo; por una persona buena tal vez se atrevería alguien a morir; pues bien: Dios nos demostró su amor en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros.

Palabra de Dios.

VII  Rom 8, 14-17
El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

Hermanos:
Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!».
Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.

Palabra de Dios.

VIII  Rom 8, 26-27
El Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

Hermanos:
El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene: pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
Y el que escruta los corazones sabe cual es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.

Palabra de Dios.

IX  1 Cor 12, 4-13
El mismo y único Espíritu reparte a cada uno en particular como él quiere
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos:
Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor, y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.
Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A este se le ha concedido hacer milagros, a aquel, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas, a otro, el don de interpretarlas.
El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios.

X  Gal 5, 16-17. 22-23a. 24-25
Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.

Hermanos:
Caminad según el Espíritu y no realizaréis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne; efectivamente, hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais.
En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí.
Y los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con las pasiones y los deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.

Palabra de Dios.

XI  Ef 1, 3a. 4a. 13-19a
Habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.
que nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.
En él también vosotros,
después de haber escuchado la palabra de la verdad
-el evangelio de vuestra salvación-,
creyendo en él
habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido.
Él es la prenda de nuestra herencia,
mientras llega la redención del pueblo de su propiedad,
para alabanza de su gloria.
Por eso, habiendo oído hablar de vuestra fe en Cristo y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mis oraciones, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine
los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grande su poder en favor de nosotros, los creyentes.

Palabra de Dios.

XII  Ef 4, 1-6
Un solo cuerpo y un solo Espíritu, un bautismo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios

Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos, y está en todos.

Palabra de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No publico comentarios anónimos.