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jueves, 9 de enero de 2014

14 de febrero, Santa María Virgen, Madre del amor hermoso, Fiesta.

Calendario propio de la Prelatura del Opus Dei.

14 de febrero
SANTA MARÍA VIRGEN, MADRE DEL AMOR HERMOSO
Fiesta

Antífona de entrada Cf. Ct 6, 10; Lc 1, 42
Todo es hermoso y agradable en ti, Hija de Sión, hermosa como la luna y límpida como el sol, bendita entre las mujeres.
Tota formósa et suávis es, Filia Sion, pulchra tu luna, elécta tu sol, in muliéribus benedicta.

Se dice Gloria

Oración colecta
Interceda por nosotros, Señor, la gloriosa Virgen María, que, adornada con los dones del Espíritu Santo, te agradó a ti y engendró para nosotros a tu Hijo Unigénito, el más bello de los hombres, para que, rechazando la fealdad del pecado, busquemos sin cesar la belleza de la gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Intercédat pro nobis, Dómine, gloriósa Virgo María, quae, Sancti Spíritus decoráta munéribus, tibi plácuit nobísque génuit Unigénitum tuum, speciósum prae fíliis hóminum, ut, a foeditáte peccáti abhorréntes, spiritális pulchritúdinis amatóres efficiámur. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas propias de la fiesta de Santa María Virgen, Madre del Amor Hermoso.

PRIMERA LECTURA Eclo 24, 17-22
Yo soy la madre del amor hermoso
Lectura del libro del Eclesiástico.

Como vid hermosa retoñé: mis flores y frutos son bellos y abundantes. Yo soy la madre del amor hermoso, del temor, del conocimiento y de la esperanza santa. En mí está toda gracia de camino y de verdad, en mí toda esperanza de vida y de virtud.
Venid a mí, los que me amáis, y saciaos de mis frutos; mi nombre es más dulce, que la miel, y mi herencia, mejor que los panales. El que me come tendrá más hambre, el que me bebe tendrá más sed; el que me escucha no fracasará, el que me pone en práctica no pecará; el que me honra poseerá la vida eterna.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial 1 Sam 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd (R.: 1a)
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

V. Mi corazón se regocija en el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

V. Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

V. El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

V. Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

Aleluya Cf. Lc 2, 19
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dichosa es la Virgen María que conservaba la palabra de Dios, meditándola en su corazón. R.
Beáta Virgo María, quae conservábat verbum Dei, cónferens in corde suo.

EVANGELIO Lc 2, 41-51
Conservaba todo esto en su corazón
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
R. Gloria a ti, Señor.

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración de los fieles

Oración sobre las ofrendas
Te pedimos, Señor, que nos sea provechosa la ofrenda que te dedicamos, para que, recorriendo con la Virgen María el hermoso camino de la santidad, nos renovemos con la participación en tu vida divina y merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dicátae tibi, Dómine, quaésumus, capiámus oblatiónis efféctum, ut, cum beáta Vírgine viam pulchritúdinis percurréntes, caeléstis vitae proféctibus innovémur et ad tuam glóriam contemplándam perveníre mereámur. Per Christum.

Prefacio. MARÍA ES TODA HERMOSA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, y proclamar tu grandeza en esta festividad de la santísima Virgen María.
Ella fue hermosa en su concepción, y, libre de toda mancha de pecado, resplandece adornada con la luz de la gracia; hermosa en su maternidad virginal, por la cual derramó sobre el mundo el resplandor de tu gloria, Jesucristo, tu Hijo, salvador y hermano de todos nosotros; hermosa en la pasión y muerte del Hijo, vestida con la púrpura de su sangre, como mansa cordera que padeció con el Cordero inocente, recibiendo una nueva función de madre;
hermosa en la resurrección de Cristo, con el que reina gloriosa, después de haber participado en su victoria.
Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos unimos a sus voces cantando tu alabanza:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutare, nos tibi, sancte Pater, semper et ubíque grátias ágere, et in hac festivitate beátae Vírginis Mariae, te débitis magnificáre praecóniis.
Illa pulchra fuit in conceptióne, qua, ab omni peccáti labe immúnis, decóra renídet grátiae fulgóre;
pulchra in partu virgináli, quo Fílium, splendórem glóriae tuae, mundo prótulit ómnium nostrum salvatórem et fratrem;
pulchra in Fílii passióne, eius purpuráta cruóre, mitis agna mitíssimo Agna compátiens, novo matris ornáta múnere;
pulchra in Christi resurrectióne, cum quo regnat gloriósa, eius victóriae consors effécta.
Per quem maiestátem tuam adórat exércitus Angelórum, ante conspéctum tuum in aeternitáte laetántium. Cum quibus et nostras voces tu admítti iúbeas, deprecámur, sócia exsultatióne dicéntes:
Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA I o III.

Antífona de comunión Cf Jdt 11, 21
No hay mujer como ésta en toda la tierra en el aspecto y en la hermosura y en la sensatez de sus palabras.
Non est talis múlier super terram in aspéctu, et in pulchritúdine, et in sensu verbórum.

Oración después de la comunión
Protege, Señor, continuamente a los que alimentas con tus sacramentos, y a quienes has dado por madre a la Virgen María, radiante de hermosura por sus virtudes, concédenos avanzar por las sendas de la santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Perpétuo, Dómine, favóre proséquere, quos réficis divíno mystério, et, quibus beátam Vírginem Matrem dedísti speciósam ornaménto virtútum, concéde per sémitas iustítiae iúgiter ambuláre. Per Christum.

Puede utilizarse la bendición solemne. Santa María Virgen
Dios, que en su providencia amorosa quiso salvar al género humano por el fruto bendito del seno de la Virgen María, os colme de sus bendiciones.
Deus, qui per beátae Maríae Vírginis partum genus humánum sua vóluit benignitáte redímere, sua vos dignétur benedictióne ditáre.
R. Amén.
Que os acompañe siempre la protección de la Virgen, por quien habéis recibido al Autor de la vida.
Eiúsque semper et ubíque patrocínia sentiátis, per quam auctórem vitae suscípere meruístis.
R. Amén.
Y a todos vosotros, reunidos hoy para celebrar con devoción esta fiesta de María, el Señor os conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su reino.
Et qui hodiérna die devótis méntibus convenístis, spiritálium gaudiórum caelestiúmque praemiórum vobíscum múnera reportétis.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Et benedíctio Dei omnipoténtis, Patris, et Fílii, + et Spíritus Sancti, descéndat super vos et máneat semper.
R. Amén.

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