14 de febrero
SANTA MARÍA VIRGEN, MADRE DEL
AMOR HERMOSO
Fiesta
Antífona de
entrada Cf. Ct 6, 10; Lc 1, 42
Todo es hermoso y agradable en ti,
Hija de Sión, hermosa como la luna y límpida como el sol, bendita
entre las mujeres.
Tota formósa et suávis es, Filia
Sion, pulchra tu luna, elécta tu sol, in muliéribus benedicta.
Se dice
Gloria
Oración colecta
Interceda por nosotros, Señor, la
gloriosa Virgen María, que, adornada con los dones del Espíritu
Santo, te agradó a ti y engendró para nosotros a tu Hijo Unigénito,
el más bello de los hombres, para que, rechazando la fealdad del
pecado, busquemos sin cesar la belleza de la gracia. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Intercédat pro nobis, Dómine,
gloriósa Virgo María, quae, Sancti Spíritus decoráta munéribus,
tibi plácuit nobísque génuit Unigénitum tuum, speciósum prae
fíliis hóminum, ut, a foeditáte peccáti abhorréntes, spiritális
pulchritúdinis amatóres efficiámur. Per Dóminum.
LITURGIA DE LA
PALABRA
Lecturas propias
de la fiesta de Santa María Virgen, Madre del Amor Hermoso.
PRIMERA
LECTURA Eclo 24, 17-22
Yo soy la madre
del amor hermoso
Lectura del libro del Eclesiástico.
Como vid hermosa retoñé: mis flores y
frutos son bellos y abundantes. Yo soy la madre del amor hermoso, del
temor, del conocimiento y de la esperanza santa. En mí está toda
gracia de camino y de verdad, en mí toda esperanza de vida y de
virtud.
Venid a mí, los que me amáis, y
saciaos de mis frutos; mi nombre es más dulce, que la miel, y mi
herencia, mejor que los panales. El que me come tendrá más hambre,
el que me bebe tendrá más sed; el que me escucha no fracasará, el
que me pone en práctica no pecará; el que me honra poseerá la vida
eterna.
Palabra de Dios.
R. Te
alabamos, Señor.
Salmo
responsorial 1 Sam 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd (R.: 1a)
R. Mi
corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino
Salvatóre meo.
V. Mi
corazón se regocija en el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
R. Mi
corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino
Salvatóre meo.
V. Se
rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de
valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda
baldía.
R. Mi
corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino
Salvatóre meo.
V. El
Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
R. Mi
corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino
Salvatóre meo.
V. Él
levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre
príncipes
y que herede un trono de gloria.
R. Mi
corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino
Salvatóre meo.
Aleluya
Cf. Lc 2, 19
R.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dichosa
es la Virgen María que conservaba la palabra de Dios, meditándola
en su corazón. R.
Beáta Virgo María, quae
conservábat verbum Dei, cónferens in corde suo.
EVANGELIO
Lc 2, 41-51
Conservaba todo
esto en su corazón
╬
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
R. Gloria
a ti, Señor.
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a
la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero
el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus
padres.
Estos, creyendo que estaba en la
caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo
entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a
Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo
encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros,
escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían
quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le
dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así?
Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais
que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les
dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y
estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los
fieles
Oración sobre
las ofrendas
Te pedimos, Señor, que nos sea
provechosa la ofrenda que te dedicamos, para que, recorriendo con la
Virgen María el hermoso camino de la santidad, nos renovemos con la
participación en tu vida divina y merezcamos llegar a la
contemplación de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dicátae tibi, Dómine, quaésumus,
capiámus oblatiónis efféctum, ut, cum beáta Vírgine viam
pulchritúdinis percurréntes, caeléstis vitae proféctibus
innovémur et ad tuam glóriam contemplándam perveníre mereámur.
Per Christum.
Prefacio. MARÍA
ES TODA HERMOSA
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en
todo lugar, y proclamar tu grandeza en esta festividad de la
santísima Virgen María.
Ella fue hermosa en su concepción,
y, libre de toda mancha de pecado, resplandece adornada con la luz de
la gracia; hermosa en su maternidad virginal, por la cual derramó
sobre el mundo el resplandor de tu gloria, Jesucristo, tu Hijo,
salvador y hermano de todos nosotros; hermosa en la pasión y muerte
del Hijo, vestida con la púrpura de su sangre, como mansa cordera
que padeció con el Cordero inocente, recibiendo una nueva función
de madre;
hermosa en la resurrección de
Cristo, con el que reina gloriosa, después de haber participado en
su victoria.
Por él, los ángeles y los
arcángeles te adoran eternamente, gozosos en tu presencia.
Permítenos unimos a sus voces cantando tu alabanza:
Vere dignum et iustum est, aequum et
salutare, nos tibi, sancte Pater, semper et ubíque grátias ágere,
et in hac festivitate beátae Vírginis Mariae, te débitis
magnificáre praecóniis.
Illa pulchra fuit in conceptióne,
qua, ab omni peccáti labe immúnis, decóra renídet grátiae
fulgóre;
pulchra in partu virgináli, quo
Fílium, splendórem glóriae tuae, mundo prótulit ómnium nostrum
salvatórem et fratrem;
pulchra in Fílii passióne, eius
purpuráta cruóre, mitis agna mitíssimo Agna compátiens, novo
matris ornáta múnere;
pulchra in Christi resurrectióne,
cum quo regnat gloriósa, eius victóriae consors effécta.
Per quem maiestátem tuam adórat
exércitus Angelórum, ante conspéctum tuum in aeternitáte
laetántium. Cum quibus et nostras voces tu admítti iúbeas,
deprecámur, sócia exsultatióne dicéntes:
Santo, Santo, Santo...
PLEGARIA
EUCARÍSTICA I o III.
Antífona de
comunión Cf Jdt 11, 21
No hay mujer como ésta en toda la
tierra en el aspecto y en la hermosura y en la sensatez de sus
palabras.
Non est talis múlier super terram
in aspéctu, et in pulchritúdine, et in sensu verbórum.
Oración después
de la comunión
Protege, Señor, continuamente a los
que alimentas con tus sacramentos, y a quienes has dado por madre a
la Virgen María, radiante de hermosura por sus virtudes, concédenos
avanzar por las sendas de la santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Perpétuo, Dómine, favóre
proséquere, quos réficis divíno mystério, et, quibus beátam
Vírginem Matrem dedísti speciósam ornaménto virtútum, concéde
per sémitas iustítiae iúgiter ambuláre. Per Christum.
Puede utilizarse
la bendición solemne. Santa María
Virgen
Dios, que en su providencia amorosa
quiso salvar al género humano por el fruto bendito del seno de la
Virgen María, os colme de sus bendiciones.
Deus, qui per beátae Maríae
Vírginis partum genus humánum sua vóluit benignitáte redímere,
sua vos dignétur benedictióne ditáre.
R. Amén.
Que os acompañe siempre la
protección de la Virgen, por quien habéis recibido al Autor de la
vida.
Eiúsque semper et ubíque
patrocínia sentiátis, per quam auctórem vitae suscípere
meruístis.
R. Amén.
Y a todos vosotros, reunidos hoy
para celebrar con devoción esta fiesta de María, el Señor os
conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su reino.
Et qui hodiérna die devótis
méntibus convenístis, spiritálium gaudiórum caelestiúmque
praemiórum vobíscum múnera reportétis.
R. Amén.
Y la bendición de Dios
todopoderoso, Padre, Hijo ✠ y
Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Et benedíctio Dei omnipoténtis,
Patris, et Fílii, + et Spíritus
Sancti, descéndat super vos et máneat semper.
R. Amén.
R. Amén.
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