Común de la
Bienaventurada Virgen María. II. Tiempo de Adviento
Antífona de
entrada Cf. Is 45, 8
Cielos, destilad desde lo alto,
nubes derramad al Justo, que se abra la tierra y brote al Salvador.
Roráte, caeli, désuper, et nubes
pluant iustum; aperiátur terra, et gérminet Salvatórem.
O bien: Cf. Lc 1,
30-32
El ángel dijo a María: «Has
encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, y le
llamarás Hijo del Altísimo».
Angelus ad Maríam ait: Invenísti
grátiam apud Deum; Ecce concípies et páries fílium, et vocábitur
Altíssimi Fílius.
Oración colecta
Oh, Dios, que, por el anuncio del
ángel, has querido que tu Verbo se encarnara en el seno de la Virgen
santa María, concede a quienes la proclamamos verdadera Madre de
Dios ser ayudados por su intercesión delante de ti. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Deus, qui de beátae Maríae
Vírginis útero Verbum tuum, Angelo nuntiánte, carnem suscípere
voluísti, praesta supplícibus tuis, ut, qui vere eam Dei Genetrícem
crédimus, eius apud te intercessiónibus adiuvémur. Per Dóminum.
O bien:
Oh, Dios, que, cumpliendo lo
prometido a nuestros padres, elegiste a la bienaventurada Virgen
María para ser la Madre del Salvador, concédenos seguir el ejemplo
de quien te agradó con su humildad y nos benefició con su
obediencia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui promíssa Pátribus
adímplens beátam Vírginem Maríam elegísti, ut Mater fíeret
Salvatóris, concéde nobis illíus exémpla sectári, cuius
humílitas tibi plácuit, et obodiéntia nobis prófuit. Per Dóminum.
Oración de los
fieles
Dirijamos, hermanos, nuestras súplicas a Dios Padre, por intercesión de María, modelo de fe y esperanza, para que la venida del Salvador, haga florecer la justicia y la paz en nuestro mundo.
Dirijamos, hermanos, nuestras súplicas a Dios Padre, por intercesión de María, modelo de fe y esperanza, para que la venida del Salvador, haga florecer la justicia y la paz en nuestro mundo.
R. Revélanos,
Señor, tu amor.
- Por la santa Iglesia, para que anime con la caridad evangélica todos los esfuerzos orientados a la
construcción del reino de Dios entre los hombres. Roguemos al Señor.
R.
- Por los responsables del gobierno de
las naciones, para que pongan a la base de su compromiso civil el
valor primario de la persona humana, según la enseñanza y el
ejemplo de Cristo Maestro. Roguemos al Señor. R.
- Por aquellos que no creen en Cristo, para que en nuestra acogida fraterna hallen un estímulo que los
empuje hacia Cristo con un corazón abierto y confiado. Roguemos al
Señor. R.
- Por nosotros, reunidos en la cercanía de la Navidad, para que el Espíritu Santo nos haga encarnar en nuestra vida la palabra que hemos escuchado. Roguemos al Señor.
R.
Las súplicas que te dirigimos en
unión con la Virgen María, apresuren, oh, Padre, la venida de tu Hijo
entre nosotros y nos hagan obtener la gracia de vivir estos días de
espera como una vuelta a las fuentes mismas de nuestra esperanza. Por
Cristo nuestro Señor.
Oración sobre
las ofrendas
Acepta, Señor, estos dones y
transfórmalos con tu poder en sacramento de salvación, en el que,
al cesar los sacrificios simbólicos que hacían nuestros padres, se
ofreció el verdadero Cordero, nacido maravillosamente de la Virgen
intacta, Jesucristo tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.
Accipe, Dómine, haec múnera, et
tua virtúte in sacraméntum salútis convérte, in quo, cessántibus
figurálibus Patrum hóstiis, verus Agnus offértur, Iesus Christus
Fílius tuus, ex intácta Vírgine ineffabíliter natus. Qui vivit et
regnat in saecula saeculórum.
PREFACIO II DE ADVIENTO
LA DOBLE
EXPECTACIÓN DE CRISTO
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor
nuestro.
A quien todos los profetas
anunciaron, la Virgen esperó con inefable amor de madre, Juan lo
proclamó ya próximo y señaló después entre los hombres.
El mismo Señor nos concede ahora
prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para
encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su
alabanza.
Por eso, con los ángeles y
arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Vere
dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque
grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
per Christum Dóminum nostrum.
Quem
praedixérunt cunctórum praecónia prophetárum, Virgo Mater
ineffábili dilectióne sustínuit, Ioánnes cécinit affutúrum et
adésse monstrávit. Qui suae nativitátis mystérium tríbuit nos
praeveníre gaudéntes, ut et in oratióne pervígiles et in suis
invéniat láudibus exsultántes.
Et ídeo
cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque
omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus,
sine fine dicéntes:
Santo, santo Santo...
Santo, santo Santo...
O bien:
PREFACIO IV
DE ADVIENTO
MARÍA,
NUEVA EVA
En verdad
es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno.
Te
alabamos, te bendecimos y te glorificamos por el misterio de la
Virgen Madre.
Porque, si
del antiguo adversario nos vino la ruina, en el seno virginal de la
hija de Sion ha germinado aquel que nos nutre con el pan de los
ángeles, y ha brotado para todo el género humano la salvación y la
paz.
La gracia
que Eva nos arrebató nos ha sido devuelta en María.
En ella,
madre de todos los hombres, la maternidad, redimida del pecado y de
la muerte, se abre al don de una vida nueva.
Así,
donde había crecido el pecado, se ha desbordado tu misericordia
en Cristo,
nuestro Salvador.
Por eso
nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los
ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
Santo,
Santo, Santo…
PLEGARIA
EUCARÍSTICA III.
Antífona de la
comunión Cf. Is 7, 14
Mirad: la Virgen está encinta y da
a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel.
Ecce Virgo concípiet, et páriet
fílium, et vocábitur nomen eius Emmánuel.
Oración después
de la comunión
Señor, Dios nuestro, que el
sacramento recibido manifieste siempre en nosotros tu misericordia,
para que alcancemos la salvación, por la encarnación de tu Hijo,
los que hemos celebrado fielmente la memoria de su Madre. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Mystéria quae súmpsimus, Dómine
Deus noster, misericórdiam tuam in nobis semper osténdant, ut Fílii
tui incarnatióne salvémur, qui Genetrícis eius commemoratiónem
fidéli mente celebrámus. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No publico comentarios anónimos.