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sábado, 7 de diciembre de 2013

Común de la Bienaventurada Virgen María. Tiempo de Navidad.


COMÚN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA. III. En tiempo de Navidad

Antífona de entrada
La Madre engendró al Rey, que tiene un nombre eterno; al gozo de la maternidad se une el honor de la virginidad. Nadie ha sido semejante a ella, ni antes ni después.
Génuit puérpera Regem, cui nomen aetérnum, et gáudia matris habens cum virginitátis honóre: nec primam símilem visa est, nec habére sequéntem.
O bien:
Virgen Madre de Dios, el que no cabe en el universo, al hacerse hombre, se encerró en tu seno.
Virgo Dei Génetrix, quem totus non capit orbis, in tua se clausit víscera factus homo.

Oración colecta
Oh, Dios, que por la maternidad virginal de santa María entregaste a los hombres los bienes de la salvación eterna, concédenos experimentar la intercesión de aquella por quien hemos merecido recibir al autor de la vida, tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Él, que vive y reina contigo.
Deus, qui salútis aetérnae, beátae Maríae virginitáte fecúnda, humáno géneri praemia praestitísti, tríbue, quaesumus, ut ipsam pro nobis intercédere sentiámus, per quam merúimus Fílium tuum auctórem vitae suscípere, Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum. Qui tecum.
O bien:
Oh, Dios, tú quisiste que naciera del seno de una Virgen el Verbo engendrado por ti desde la eternidad; concédenos, por intercesión de santa María, que ilumine nuestras tinieblas con el resplandor de su presencia y que, de su plenitud, recibamos la alegría y la paz. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, cuius Verbum ab aetérno génitum ex Vírginis útero procédere voluísti, concéde, quaesumus, ut, beáta María intercedénte, splendóre praeséntiae suae nostras illúminet ténebras, ac de sua plenitúdine donet nobis laetítiam et pacem. Qui tecum.


Oración de los fieles
Hermanos, en este tiempo en que se ha manifestado la bondad de Dios, nuestro Salvador, hecho hombre, elevemos nuestras súplicas, confiando no en las obras de nuestra justicia, sino en la infinita misericordia de Dios, que es nuestro Padre.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que espere con fe y reciba con gozo a Jesucristo, a quien la Virgen Inmaculada concibió y dio a luz inefablemente. Roguemos al Señor.
- Por todos los pueblos de la tierra, para que Dios hecho Niño instaure la paz que vino a traer con su nacimiento. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren hambre, enfermedad o soledad, para que sean
ayudados en su cuerpo y en alma por el misterio del nacimiento de Cristo. Roguemos al Señor.
- Por las familias de nuestra comunidad, para que aprendan a recibir a Cristo, acogiéndolo en los pobres. Roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro, que te encomiende nuestras súplicas la Virgen María, que mereció llevar en su seno al Dios, hecho hombre, Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Al celebrar, Señor, los días santos consagrados por el nacimiento de tu Unigénito en el tiempo y por el parto de la Virgen María, te pedimos que esta ofrenda nos santifique y nos conceda renacer en él. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Beáta témpora celebrántes, quae per temporálem Unigéniti tui nativitátem et partum Maríae Vírginis consecrásti, haec oblátio, quaesumus, Dómine, nos sanctíficet, atque in illo tríbuat renásci. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV.

Antífona de la comunión Cf. Lc 11, 27
Bienaventurado el vientre de la Virgen María, porque llevó al Hijo del eterno Padre.
Beáta víscera Maríae Vírginis, quae portavérunt aetérni Patris Fílium.

Oración después de la comunión
Alimentados por el Cuerpo y la Sangre de tu Verbo encamado, te pedimos, Señor, que estos divinos misterios, recibidos con gozo en la memoria de la santísima Virgen María, nos hagan siempre partícipes de la divinidad de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Incarnáti Verbi tui Córpore et Sánguine refécti, quaesumus, Dómine, ut haec divína mystéria, quae in commemoratióne beátae Vírginis Maríae laetánter accépimus, eiúsdem Fílii tui divinitátis partícipes nos semper effíciant. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

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