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sábado, 30 de septiembre de 2017

Sábado 4 noviembre 2017, Lecturas Sábado XXX semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la XXX semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Rom 11, 1-2a. 11-12. 25-29
Si el rechazo de los judíos es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida?
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

Hermanos:
¿Acaso habrá desechado Dios a su pueblo? De ningún modo: que también yo soy israelita, de la descendencia de Abrahán, de la tribu de Benjamín. «Dios no ha rechazado a su pueblo», al que había elegido de antemano.
Digo, pues: ¿acaso cometieron delito para caer? De ningún modo. Lo que ocurre es que, por su caída, la salvación ha pasado a los gentiles, para darles celos a ellos.
Pero si su caída ha significado una riqueza para el mundo y su pérdida, una riqueza para los gentiles, ¡cuánto más significará su plenitud!
Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, para que no os engriáis: el endurecimiento de una parte de Israel ha sucedido hasta que llegue a entrar la totalidad de los gentiles y así todo Israel será salvo, como está escrito:
«Llegará de Sion el Libertador; alejará los crímenes de Jacob; y esta será la alianza que haré con ellos cuando perdone sus pecados».
Según el Evangelio, son enemigos y ello ha revertido en beneficio vuestro; pero según la elección, son objeto de amor en atención a los padres, pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 93, 12-13a. 14-15. 17-18 (R.: 14a)
R.
El Señor no rechaza a su pueblo. Non repéllet Dóminus plebem suam.

V. Dichoso el hombre a quien tú educas,
al que enseñas tu ley,
dándole descanso tras los años duros. R.
El Señor no rechaza a su pueblo. Non repéllet Dóminus plebem suam.

V. Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el juicio retornará a la justicia,
y la seguirán todos los rectos de corazón.
R.
El Señor no rechaza a su pueblo. Non repéllet Dóminus plebem suam.

V. Si el Señor no me hubiera auxiliado,
ya estaría yo habitando en el silencio.
Cuando pensaba que iba a tropezar,
tu misericordia, Señor, me sostenía
. R.
El Señor no rechaza a su pueblo. Non repéllet Dóminus plebem suam.

Aleluya Mt 11, 29ab
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tomad mi yugo sobre vosotros —dice el Señor—, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. R. Tóllite iugum meum super vos, dicit Dóminus, et díscite a me, quia mitis sum et húmilis corde.

EVANGELIO Lc 14, 1. 7-11
Todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola:
«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga:
“Cédele el puesto a este”.
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:
“Amigo, sube más arriba”.
Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Del Papa Francisco, Ángelus 28 de agosto de 2016
Las palabras de Jesús subrayan actitudes completamente distintas y opuestas: la actitud de quien se elige su propio sitio y la actitud de quien se lo deja asignar por Dios y espera de Él la recompensa. No lo olvidemos: ¡Dios paga mucho más que los hombres! ¡Él nos da un lugar mucho más bonito que el que nos dan los hombres! El lugar que nos da Dios está cerca de su corazón y su recompensa es la vida eterna. «Y serás dichoso –dice Jesús– …se te recompensará en la resurrección de los justos» (v. 14).

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