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viernes, 20 de mayo de 2016

Martirologio Romano. Ordinario de la Lectura del Martirologio.

Martirologio Romano, 1ª ed, España (2007)

I. ORDINARIO DE LA LECTURA DEL MARTIROLOGIO DENTRO DE LA LITURGIA DE LAS HORAS

1. En el coro, como de costumbre, la lectura se hace en las Laudes, después de la oración conclusiva de la Hora. El lector comienza inmediatamente por la mención del día en curso. La lectura concluye con estas palabras.

V. Es preciosa a los ojos del Señor.
R. La muerte de sus santos.

2. A continuación puede seguir una de las lecturas breves propuestas en las págs. 49-68, que el lector concluye con esta aclamación:

V. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

3. Tras la lectura, el sacerdote o el diácono que preside la celebración dice una de las oraciones propuestas en las págs. 71-77. Lo mismo hace el laico que, en ausencia del ministro ordenado, dirige la celebración.

4. Luego se hace la bendición y despedida del siguiente modo:

El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
Por la misericordia de Dios
las almas de todos los fieles difuntos
descansen en paz.
Amén.
V. Podéis ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.

5. Si se considera oportuno por alguna razón, nada impide que la lectura del Martirologio tenga lugar, de modo similar, en cualquier Hora menor.

6. En la Hora menor, la lectura se hace siempre después de la oración conclusiva, como se propone más arriba. Al final se añade el versículo Es preciosa, y por último la aclamación Bendigamos al Señor y su respuesta acostumbrada, o como se indica en el núm. 4.

7. Al hacer la lectura de los elogios, en caso de que en ese día concurra una celebración móvil, ésta se anuncia primero con las fórmulas que se proponen en las págs. 43-45.
Sin embargo, el día de la Resurrección del Señor, antes de leer los elogios del día siguiente, se dice la memoria de la Pascua del Señor.

8. En el Jueves Santo y el Viernes y Sábado Santo se excluye totalmente la lectura del Martirologio, omitiéndose en este caso los elogios de los santos.

9. En la vigilia de la Natividad del Señor, después de anunciar el día 25 de Diciembre, se canta el anuncio de la Solemne Navidad de modo especial, como se indica en las págs. 82-83.

10. Al proclamar el Martirologio, la indicación del día lunar puede hacerse después del enunciado del día, tal como se indica en las págs. 30-33.

11. Los elogios de los santos o beatos indicados con asterisco (*) se leen solamente en las diócesis o en las familias religiosas a las que ha sido concedido el culto de ese santo o beato.

12. Si ocurre que una memoria ha de trasladarse a otro día, al final del elogio correspondiente se añade la mención del día trasladado:

- Para señalar el día trasladado:       pero su memoria (en este año) se hará el día ...

- Para señalar el día restablecido:    De san N., cuya festividad se restablece el día ...

II. ORDINARIO DE LA LECTURA DEL MARTIROLOGIO FUERA DE LA LITURGIA DE LAS HORAS

13. Reunida la asamblea, bien en el coro, bien en capítulo o bien a la mesa, el lector comienza inmediatamente por la mención del día en curso, proclama los elogios de cada uno de los santos y beatos, y concluye la lectura diciendo:

V. Es preciosa a los ojos del Señor.
R. La muerte de sus santos.

14. A continuación puede seguir una de las lecturas breves propuestas en las págs. 49-68, que el lector concluye con esta aclamación:

V. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

15. Tras la lectura, el sacerdote o el diácono que preside la celebración dice una de las oraciones propuestas en las págs. 71-77. Lo mismo hace el laico que, en ausencia del ministro ordenado, dirige la celebración.

16. Luego se hace la bendición y despedida del siguiente modo:

El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
Las almas de todos los fieles difuntos,
por la misericordia de Dios,
descansen en paz.
R. Amén.
V. Podéis ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.

17. En cuanto al modo de leer los elogios con añadidos, se aplica lo expuesto en los núms. 4-9.

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